
Hipoacusia: diagnóstico, tratamiento y seguimiento según la GPC mexicana para el ENARM
La hipoacusia, definida como la pérdida parcial o total de la capacidad auditiva, es un diagnóstico relevante tanto en el primer nivel de atención como en contextos hospitalarios. Su detección temprana y manejo oportuno son fundamentales para prevenir alteraciones en el desarrollo del lenguaje, la cognición y la socialización, especialmente en poblaciones pediátricas. En el contexto del ENARM, la hipoacusia representa un tema transversal entre pediatría, otorrinolaringología y medicina preventiva. Este artículo, basado en las Guías de Práctica Clínica mexicanas (IMSS-396-10, IMSS-416-10), recoge los puntos clave para resolver casos clínicos y preguntas tipo ENARM.
¿Qué es la hipoacusia?
La hipoacusia es la disminución de la capacidad para percibir sonidos, ya sea de forma parcial o total. Puede presentarse en cualquier etapa de la vida, aunque tiene un mayor impacto cuando ocurre en la infancia, debido al periodo crítico del desarrollo del lenguaje oral.
Se estima que afecta aproximadamente al 1% de la población general y es una de las discapacidades sensoriales más frecuentes. Puede ser de presentación unilateral o bilateral, y según su origen fisiopatológico, clasificarse en:
- Hipoacusia conductiva: afecta al oído externo o medio, dificultando la transmisión del sonido.
- Hipoacusia neurosensorial: afecta a la cóclea o al nervio auditivo.
- Hipoacusia mixta: combinación de ambas.
Cuando se presenta en etapas tempranas, especialmente antes de los 3 años de edad, puede afectar de manera irreversible la adquisición del lenguaje oral, por lo cual la detección e intervención tempranas son esenciales.
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Factores de riesgo para hipoacusia neonatal
Diversos factores aumentan el riesgo de desarrollar hipoacusia congénita o temprana. Según la GPC y la NOM-034-SSA2-2013, se consideran de alto riesgo los siguientes:
- Prematurez (<32 semanas de gestación)
- Ictericia neonatal grave con necesidad de exanguinotransfusión
- Estancia en UCIN >5 días
- Uso de antibióticos ototóxicos (gentamicina, vancomicina)
- Infecciones congénitas: CMV, toxoplasmosis, rubéola
- Malformaciones craneofaciales
- Historia familiar de sordera neurosensorial infantil
Los recién nacidos con cualquiera de estos factores deben ser evaluados con pruebas objetivas como EOA y PPATC y seguidos durante al menos los primeros 3 años de vida.
Muchos casos de hipoacusia ocurren sin factores de riesgo
La Guía de Práctica Clínica resalta que aproximadamente el 50% de los casos de hipoacusia neurosensorial congénita se presentan en recién nacidos sin ningún factor de riesgo aparente. Esto implica que el profesional de salud no debe confiar únicamente en los antecedentes clínicos para sospechar hipoacusia. Ante cualquier señal de alarma en el desarrollo del lenguaje o la respuesta auditiva, es imprescindible referir a evaluación audiológica, aunque no existan antecedentes familiares ni complicaciones perinatales.
Clasificación de la hipoacusia según grado de severidad
Grado | Umbral de audición (dB) | Descripción |
---|---|---|
Leve | 20–40 dB | Dificultad para oír sonidos suaves |
Moderada | 41–70 dB | Requiere aumentar el volumen hablado |
Severa | 71–90 dB | Solo percibe gritos o ruidos intensos |
Profunda | >90 dB | No percibe sonidos, ni siquiera fuertes |
Esta clasificación se obtiene mediante audiometría tonal, una prueba subjetiva en pacientes mayores.
Tipos de hipoacusia: comparación clínica
Tipo | Fisiopatología | Causas comunes | Diagnóstico inicial |
---|---|---|---|
Conductiva | Alteración en oído externo o medio | Otitis media, tapón de cerumen | Otoscopía, impedanciometría |
Neurosensorial | Daño en cóclea o nervio auditivo | Congénita, presbiacusia, ototóxicos | PEATC, audiometría, EOA |
Mixta | Combinación de ambas | Secuelas de infecciones crónicas | Combinación de pruebas |
Súbita idiopática | Pérdida rápida, sin causa aparente | Viral, autoinmune, idiopática | Diagnóstico de exclusión |
¿Qué es la hipoacusia súbita idiopática?
La hipoacusia súbita idiopática (HSI) se define como una pérdida auditiva sensorineural de más de 30 dB en al menos tres frecuencias consecutivas, que se instaura en menos de 72 horas y cuya causa no se puede identificar claramente. Puede presentarse de forma unilateral o bilateral y, aunque en muchos casos tiene una recuperación espontánea, se considera una urgencia otológica que requiere tratamiento inmediato.
Clínicamente, suele acompañarse de síntomas como plenitud ótica, acúfenos y vértigo, y su diagnóstico debe confirmarse mediante una audiometría completa. El tiempo de inicio del tratamiento es clave: iniciar manejo antes de los 30 días puede evitar una sordera irreversible.
Diferencias clave entre hipoacusia unilateral y bilateral
La hipoacusia bilateral, especialmente si es profunda, genera un impacto mayor en el desarrollo lingüístico, emocional y social del niño. La unilateral, aunque frecuentemente subestimada, también puede generar dificultades académicas y de localización sonora. La GPC recomienda evaluación y seguimiento de ambas, con intervención más agresiva en los casos bilaterales, mientras que en los unilaterales se considera el uso de sistemas de FM o auxiliares auditivos laterales.
Criterios clínicos iniciales para descartar o confirmar hipoacusia
Resultado clínico (bloque de color) | Interpretación clínica | Acción recomendada |
---|---|---|
🟩 EOA presentes ≥ 70 %, PEATC < 30 dB | Audición normal | Seguimiento en el control del niño sano |
🟨 EOA presentes entre 50 % y 70 % o PEATC entre 30 dB y 40 dB (resultado dudoso) | Riesgo de hipoacusia | Repetir evaluación audiológica |
🟥 EOA ausentes (< 50 %) o PEATC > 40 dB | Sospecha de hipoacusia | Referencia inmediata a nivel secundario o terciario |
Algoritmo diagnóstico inicial en casos de hipoacusia
- RN o paciente pediátrico con hallazgos auditivos alterados o factores de riesgo:
- PEATC y EOA como pruebas objetivas
- Impedanciometría si se sospecha hipoacusia conductiva
- Confirmación con audiometría (si edad lo permite)
- Valoración por ORL pediátrico y terapia auditiva
- Clasificación y plan de tratamiento según tipo y severidad
Tratamiento de la hipoacusia según tipo clínico
- Neurosensorial bilateral severa-profunda: implante coclear antes de los 12 meses (ideal desde los 6 meses)
- Conductiva leve a moderada: auxiliar auditivo, resolución de causa (ej. otitis)
- Súbita idiopática: corticoides orales sistémicos en las primeras 72 horas
Tratamiento farmacológico inicial en hipoacusia súbita
Según la GPC, el tratamiento de elección para la HSI son los esteroides sistémicos, como la prednisona (60 mg/día por 10–20 días, con reducción progresiva). En pacientes diabéticos o que no toleran corticoides orales, se recomienda el uso de esteroides intratimpánicos (metilprednisolona 20 mg semanal o diaria con catéter).
El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, preferentemente dentro de las primeras 72 horas, para maximizar la posibilidad de recuperación auditiva.
Evaluación especializada en hipoacusia neurosensorial en tercer nivel
Para confirmar el diagnóstico de HSI y descartar otras causas retrococleares, se recomienda una evaluación integral que incluya:
- Audiometría tonal pura
- Potenciales evocados auditivos del tallo cerebral
- Electronistagmografía y pruebas vestibulares térmicas
- Imagen: tomografía de hueso temporal + IRM con ventana en fosa posterior
- Perfil viral, inmunológico, tiroideo, VDRL y estudios metabólicos
Estos estudios pueden realizarse después del manejo inicial y son clave para guiar el seguimiento a largo plazo.
Plasticidad neuronal auditiva y su impacto en el manejo de la hipoacusia
Durante los primeros meses de vida, el sistema auditivo del recién nacido presenta una plasticidad neuronal elevada. Este periodo crítico se extiende hasta los 3 años, pero es especialmente intenso durante los primeros 12 meses. La GPC enfatiza que toda intervención auditiva (como el uso de auxiliares o implantes cocleares) debe iniciarse idealmente antes de los 6 meses, ya que es cuando el cerebro tiene la mayor capacidad para desarrollar lenguaje oral en respuesta a estímulos auditivos adecuados.
Plan terapéutico inicial según tipo de hipoacusia
Una vez confirmado el diagnóstico de hipoacusia, la GPC recomienda iniciar el tratamiento de forma precoz, según el tipo identificado:
- Hipoacusia neurosensorial: indicar auxiliar auditivo o considerar implante coclear.
- Hipoacusia conductiva: utilizar diadema vibratoria o implantes osteointegrados.
En todos los casos, debe iniciarse terapia auditiva y seguimiento del desarrollo del lenguaje oral.
Incluso cuando las primeras evaluaciones auditivas resultan normales, se debe continuar el control del desarrollo comunicativo durante el primer año de vida, especialmente en pacientes con antecedentes clínicos relevantes.
🎓 TIP ENARM sobre hipoacusia: lo que sí debes memorizar
- Umbral patológico: PPATC >30 dB o EOA ausentes <70%
- Hipoacusia neurosensorial bilateral ≥90 dB HL (2–4 kHz): candidato a implante coclear
- Requisitos para implante: uso de auxiliar previo por ≥3–6 meses, lenguaje ≤40% sin apoyo visual
- Edad ideal: desde los 6 meses, preferido entre 12–36 meses
- Contraindicaciones absolutas para implante:
- Agenesia coclear
- Ausencia del nervio auditivo
- Infección activa del oído medio
- Trastornos psiquiátricos graves
- Expectativas familiares irreales o falta de seguimiento
Seguimiento clínico a largo plazo en pacientes con hipoacusia
El manejo de la hipoacusia no finaliza con la corrección mecánica o quirúrgica. Todo paciente debe ser sometido a controles periódicos audiológicos y de lenguaje, especialmente durante los primeros años. Se recomienda realizar evaluaciones cada 3 a 6 meses en los dos primeros años post-diagnóstico. En pacientes con implante coclear, se debe asociar terapia auditiva-verbal y rehabilitación del lenguaje con un equipo multidisciplinario.
Rehabilitación de la hipoacusia: abordaje interdisciplinario integral
El éxito del tratamiento de la hipoacusia, especialmente en casos neurosensoriales severos, no depende únicamente de la tecnología (auxiliares auditivos o implantes cocleares), sino del trabajo coordinado de un equipo interdisciplinario. La rehabilitación auditiva debe incluir:
- Fonoaudiólogo o terapeuta de lenguaje: entrenamiento auditivo-verbal, estimulación del lenguaje oral, adaptación a prótesis auditiva.
- Psicólogo infantil: acompañamiento emocional y refuerzo del vínculo comunicativo.
- Otorrinolaringólogo y audiólogo: ajuste técnico, monitoreo del dispositivo y evolución auditiva.
- Educador especializado: estrategias pedagógicas para niños con pérdida auditiva.
Además, la participación activa de la familia es indispensable, ya que el entorno cotidiano es el principal espacio de estimulación. Las sesiones de rehabilitación deben ser regulares, con evaluación de avances cada 3 a 6 meses, especialmente durante los primeros dos años tras la intervención.
Referencias
- Guía de Práctica Clínica: Hipoacusia Neurosensorial Bilateral e Implante Coclear. IMSS-396-10. CENETEC. 2015.
- Guía de Práctica Clínica: Hipoacusia Súbita Idiopática. IMSS-416-10.
- NOM-011-SSA3-2014: Para la organización y funcionamiento de servicios de audiología.